Reseñas históricas sobre el camino de Santiago desde Sagunto

Diversas recopilaciones de fuentes y estudios que documentan la evolución y relevancia de este itinerario a lo largo de los siglos.

El trazado del Camino de Santiago con origen en Sagunto se sustenta en una rica historia que se remonta a posibles calzadas romanas y se consolida a través de rutas medievales y Caminos Reales. 

Doña Carmen Sanchis Deusa. En su libro: “La Carretera de Aragón: Sagunto-Teruel, 1791-1862”

Hace referencia a escritos anteriores a 1600, de la existencia de una posible calzada romana entre “Saguntum y Cesaraugusta”, que en Daroca contemplaba un desvío a “Bilbilis”.

Facilita información referida al geógrafo musulmán “Al-Idrisi” (siglo XII), que en un pasaje de su “Descripción de España”, menciona una ruta….de Valencia a Zaragoza, pasando por Cutanda (Teruel), 9 jornadas…..

Indica el itinerario hacia Torres-Torres, que comienza en la Porta de Terol (evitada ahora por tramo de menor circulación, río Palancia, Petrés, Albalat), Molí de Torres-Torres a partir del cual el camino sigue pegado a la Séquia Mayor de Sagunt hasta su entrada en Torres-Torres.

Don Antonio Ubieto Arteta, en “Los Caminos de Santiago en Aragón (pág.136-138)”

Nuevamente desde Valencia se desprende una ruta lateral…..Desde Sagunto parte otro itinerario hasta Aragón, la ruta que ahora comienza se convertiría en Camino Real por voluntad de Jaime I, quien el 26 de Octubre de 1266, estando en Valencia, ordenaría que el camino de Teruel a Valencia y de Valencia a Teruel pasase por la villa de Segorbe a través de La Puerta de Teruel, por la vía que estaba sobre las casas de la abadía y ante la iglesia, por la plaza de la villa, a salir por la puerta de Valencia.

(Viciana adelanta en 10 años esta concesión del Camino Real por este trazado al fijar en el 29 de noviembre de 1255 la orden del monarca para que el mismo pasase por Jérica, población al Norte de la antes citada, conminando a los caminantes que fuesen por otros caminos con la amenaza de ser presos por el alcalde de Jérica y confiscados sus bienes).

Etapas intermedias entre Sagunto y Segorbe pueden constatarse las de Torres Torres y Algar del Palancia, con ermita de San Cristóbal la primera y hospital mercedario la segunda.

Asimismo, entre Segorbe y Jérica se puede anotar Castelnovo, con ermita dedicada a San Cristóbal.

Siguiendo el camino desde Jérica hasta la meseta turolense surgen dos nuevos nombres: Viver, con establecimiento hospitalario, y Barracas, en donde se encuentra el cerro de San Cristóbal, que marca ya la divisoria con las tierras del vecino reino…”

De Barracas continuaba por Albentosa, Sarrión, La Puebla de Valverde, Teruel, Cella, Torremocha, Alba, Monreal del Campo, Canminreal, Calamocha y Daroca, desde donde partían dos rutas, una hacia la meseta castellana y otra que sigue a Calatayud, y desde aquí a Soria pasando por Cervera de la Cañada, y Torrelapaja.

De otro autor recogemos una nueva referencia que señala:

“…Desde Calatayud había un camino que procedente de Levante entraba en la provincia de Soria por Ciria, pasaba por Almenar y recalaba en Soria, epicentro de diversos itinerarios y desde donde se podía proseguir la peregrinación, bien por San Leonardo de Yagüe, bien por El Burgo de Osma, sede episcopal y catedralicia, desde donde se continuaba hasta Silos si se optara por la ruta norte tradicional vía Clunia (Actual Coruña del Conde), bien hacia Aranda de Duero”

El Camino del Cid

Conocemos los pasos de Rodrigo Díaz de Vivar por numerosas localidades coincidentes con la ruta que estudiamos, senderos que pasan por:

Calatayud; Daroca; Villanueva de Jiloca; San Martín del Río; Báguena; Burbáguena; Luco de Jiloca; Calamocha, El Poyo del Cid; Fuentes Claras; Torrijo del Campo; Monreal del Campo; Cella; Caudé; Teruel y otros lugares del antiguo Reino de Valencia.

Tramos de este itinerario por las provincias de Burgos, Soria, Zaragoza, Teruel y la Comunidad Valenciana coincidirán con el trazado del camino de Santiago que proponemos

Recientemente ha sido balizado el Camino de La Vera Cruz (de Roncesvalles a Caravaca de La Cruz) cuya señalización iremos viendo entre Calatayud y Teruel punto desde el que sigue rumbo a Cuenca.

Antiguo itinerario Teruel-Calatayud (artículo extraído de Xilocapedia)

La principal ruta recorría el Río Jiloca, procedente de Valencia y Teruel, atravesando la ciudad de Daroca y continuaba por el río hasta que se junta con el Jalón en Calatayud.

Ha sido descrita en numerosos libros de viajes.

La vía que asciende el valle del Jiloca desde Bilbilis era conocida desde la antigüedad.

Mª Ángeles Magallón Botaya

Cree que existía una calzada que enlazaba Bilbilis y Celsa siguiendo el cauce del río Jiloca hasta la actual ciudad de Daroca, ascendiendo posteriormente al Campo de Romanos para enlazar con la vía entre Caesaraugusta y Laminio y atravesar la Sierra de Herrera para continuar por el valle del Cámaras hasta Celsa.

Entre Teruel y Calamocha siempre han existido dos trayectos que transitaban por ambos márgenes del río Jiloca. En la Edad Media es muy posible que el camino principal recorriera el margen izquierdo del río, enlazando directamente las localidades y núcleos de Cella, Las Granjas (caserío de Cella), Alba, Monreal del Campo, Torrijo del Campo, el caserío de la Virgen de las Cuevas (Caminreal) y Fuentes Claras, siguiendo lo que posteriormente fue conocido como el Camino Remolachero (actualmente pavimentado). Este itinerario explicaría el urbanismo de todas estas localidades, con un eje central diseñado a lo largo del viejo camino.

A partir del siglo XVIII, tras la desecación de la Laguna del Cañizar en Villarquemado y otras cercanas, se consolida el itinerario por la margen derecha del río Jiloca enlazando Villarquemado, caserío de la Virgen del Molino (Santa Eulalia del Campo), Torrelacárcel, Torremocha, Caminreal y Calamocha, continuando después por Luco, Burbáguena y Báguena.

En el “Itinerario Español o guía de caminos”, escrito por José Matías Escribano en 1767, aparece descrita la ruta de la margen derecha.

Partiendo desde la ciudad de Daroca describe

«Camino de ruedas de Daroca a Teruel: Burbáguena, Báguena, Luco, Calamocha, Camino Real, Villafranca, Villarquemado, Caudete y Teruel»

También cita el «Camino de ruedas de Daroca a Calatayud: por Manchones, Murero, Villafeliche, Fuentes, Maluenda, Belilla, Paracuellos, Río Jalón Puente, Calatayud».

El trayecto entre Daroca y Calatayud también sufrió variaciones.

En 1830 Francisco Javier de Cabanes describe la existencia de dos caminos, a elegir, en función de si se viajaba en carruaje o en caballos y carros.

Para los viajes en carruaje recomienda seguir la ruta entre Calatayud, Belmonte, Miedes, Retascón y Daroca.

Si se quiere utilizar el camino de herradura es más corto el trayecto por Villafeliche y Maluenda.

Francisco de Paula Mellado en su “Guía del viajero en España”, de 1852, también recomienda seguir el río Perejiles

Su itinerario era el siguiente: Calatayud, Belmonte, Miedes, Retascón y Daroca. Las variaciones pudieron ser numerosas a lo largo de los siglos.

A finales del siglo XIX, coincidiendo también con la construcción de la línea del ferrocarril Central de Aragón, se apuesta desde el Estado por arreglar estas carreteras y agruparlas en la conocida como N-234 entre Sagunto y Burgos, dando un respaldo definitivo al diseño tal y como se conoce actualmente, al que hay que sumar la reciente autovía.

El antiguo itinerario Teruel-Calatayud por la margen derecha del río Jiloca, consolidado definitivamente en el siglo XVIII, sigue a grandes rasgos la actual carretera N-234, pues se diseñó esta última a finales del siglo XIX aprovechando el anterior camino, con pequeñas variaciones que describimos.

Puerto de Cella: La ruta penetraba en el valle del Jiloca desde Teruel y Caudé, atravesando el Puerto de Cella, alejándose varios kilómetros de esta localidad. La lejanía al núcleo urbano facilitó la aparición de varias ventas, actualmente en ruinas. Coincide con la N-234.

Villarquemado: Camino y carretera se separan. El camino discurría un poco más cerca del río Jiloca, atravesando el casco urbano de la localidad por su sector occidental, donde se encuentra actualmente la Iglesia, alguna vieja posada y las principales casas de esta localidad. La construcción de la posterior travesía de la N-234 por la margen oriental provocó la aparición de un nuevo eje urbanístico.

Santa Eulalia del Campo: Tras abandonar la localidad, el antiguo camino marchaba recto hacia el caserío de la Virgen del Molino de Santa Eulalia del Campo, donde debía existir una venta ya desaparecida. Actualmente la N-234 se ha desviado unos 200 metros del viejo camino.

Torrelacárcel y Singra: El viejo camino y la N-234 vuelven a separarse ligeramente en la travesía de Torrelacárcel, que queda a unos 50 metros a la derecha. El viejo camino atravesaba la localidad siguiendo la «Calle Real». A partir de aquí se mantienen paralelos a unos pocos metros de distancia para llegar al Puerto de Singra.

Torremocha: Camino y carretera vuelven a juntarse. El camino enlaza con la N-234 a la entrada de Torremocha de Jiloca, atravesando juntos el casco urbano por la calle denominada «Carretera de la Vieja».

Villafranca del Campo: El antiguo camino, unos metros al oeste de la actual carretera, pasaba por el caserío de la Virgen del Campo, donde encontramos una venta para alojar a los viajeros.

Existía aquí un antiguo enlace con el itinerario que se dirigía a Madrid. Este cruce de caminos explica el actual diseño urbanístico de Villafranca, con un eje principal que se estira a lo largo del viejo camino a la capital de España. Este itinerario ha perdido hoy todo su valor e identidad.

Monreal del Campo: En su recorrido por el margen derecho del río Jiloca, el viejo camino y la N-234 atraviesan el paraje de «Las Ventas» junto a Monreal del Campo, con antiguas ventas remozadas y trasladadas posteriormente a la nueva carretera.

Desde la segunda mitad del siglo XIX Monreal del Campo se configura como uno de los nudos de comunicación más importantes del valle del Jiloca con la apertura, construida ex novo, de la carretera de Alcolea

Caminreal: Al llegar al pueblo el viejo camino y la carretera se juntan para atravesar íntegramente el casco urbano, influyendo claramente en el desarrollo urbanístico de la localidad.

Fuentes Claras: Al llegar a la villa el camino vuelve a separarse de la carretera, pasando por delante del caserío de la Virgen de los Navarros, donde encontramos otras dos ventas para descansar.

Calamocha: La localidad, al igual que sucedía con Caminreal, era atravesada íntegramente por este itinerario, dando lugar a la conocida popularmente como «Calle Real» (oficialmente tiene otro nombre). El pueblo ha tenido desde siempre una infraestructura de alojamiento y hospedaje muy atractiva para los viajeros. Además de las numerosas posadas que podemos encontrar en el casco urbano existían también varias ventas junto al camino tradicional.

Luco de Jiloca, Burbáguena y Báguena: A partir de Calamocha el viejo camino y la carretera N-234 siguen el mismo trayecto, pues la estrechez del valle apenas permite alternativas.

El itinerario discurre cerca de la ermita de la Virgen del Rosario (Luco de Jiloca), atraviesa el río Pancrudo por el puente de Entrambasaguas y corta íntegramente los cascos urbanos de Luco de Jiloca; Burbáguena y Báguena, influyendo en su urbanismo muy similar de eje central.

Daroca: En la ciudad finaliza el itinerario en su primer tramo.

Actualmente la N-234 corta el casco urbano por la parte más alta, seccionando la montaña, según un desvío construido en el siglo XX.

Antiguamente el camino que venía desde Teruel acababa junto a la puerta Baja, juntándose con la carretera de Madrid.

Fue este último itinerario el que marcó el desarrollo urbanístico de la ciudad, convirtiéndose en el principal eje viario.

A partir de Daroca el itinerario hacia Calatayud se desvía momentáneamente del valle del Jiloca. El encajonamiento del río y los estrechos de Villafeliche hacen imposible el tránsito por este tramo del valle. El camino tradicional y la actual N-234, tras atravesar la monumental ciudad de Daroca, ascienden hacia Retascón por el fondo de la rambla y se desvía posteriormente por los altiplanos que bordean el valle del Jiloca, encaminándose hacia Villafeliche.

Villafeliche: Los 2-3 kilómetros del Puerto de Villafeliche es el tramo que más variación ha experimentado a lo largo de los siglos. Su dificultad para atravesarlo, sobre todo en el invierno, provocó incluso que algunos autores recomendaran rutas alternativas por el río Perejiles. No faltaron tampoco las ventas para alojar a los viajeros en caso de necesidad.

El camino tradicional, como era habitual en estos trazados, buscaba ascender y descender con la mayor suavidad posible y sin grandes inversiones en puentes ni desmontes. Se conserva el camino de herradura que, tras desviarse de la actual carretera, la atraviesa y desciende por una rambla hasta la ermita de San Marcos, entrando por el sector meridional en el casco de Villafeliche. La calle Mayor, atravesando íntegramente la localidad, protegida por el castillo, es el mejor testigo de este antiguo itinerario.

A comienzos del siglo XX se modernizaron los accesos del puerto, cambiando el trazado del antiguo camino para eliminar curvas y mejorar la circulación. La nueva carretera dejó de atravesar la localidad, para discurrir tangencialmente por el sector septentrional de Villafeliche. Otra nueva reforma, posiblemente de la segunda mitad del siglo XX, desplazó completamente la carretera de la localidad, alejándola unos 200 metros, tal y como discurre actualmente.

Montón, Fuentes de Jiloca y Velilla: Un poco antes de Montón la N-234 se vuelve a juntar con el viejo camino.

Con escasas variaciones, el itinerario discurre tangencialmente por los cascos urbanos de las localidades de Montón; Fuentes de Jiloca y Velilla de Jiloca, sin influir apenas en su urbanismo interno, mucho más dependientes de las húmedas ramblas que los atraviesan.

En el término de Morata de Jiloca encontramos una tradicional venta.

Maluenda: El itinerario atraviesa la villa, aunque no por la calle que discurre actualmente, sino por otra paralela denominada «Portal Alto», que da acceso a la plaza y a las principales edificaciones de la localidad.

Paracuellos de Jiloca: Sucede algo parecido a lo que encontramos en Maluenda, pues el camino y la carretera atraviesan completamente el pueblo por la denominada «Calle Real» para continuar directamente hacia Calatayud.

Camino Real Soriano

Se conoce por este nombre la vía que, procedente de Sagunto, pasa por Teruel, Calatayud, Soria, San Leonardo, Silos, Covarrubias y, poco después llega a Burgos, siguiendo casi el trazado de la actual carretera Nacional 234 (Sagunto-Burgos).

Por ella se dirigían a Santiago peregrinos de Levante, Bajo Aragón y zonas castellanas. Testimonios que avalan el hecho corresponden a las cruces camineras levantadas a lo largo del recorrido. Una de ellas, en el mismo Navaleno, en el cruce con el Camino de Canicosa. Otra se puede admirar, en la Ctra. Nacional 234, después de Navaleno, dirección Burgos, en el término de Casarejos con San Leonardo, al lado de la cuneta de la propia carretera. En Aldea del Pinar, Rabanera del Pinar, (Cruz Caminera y Ermita de S. Andrés, románica del s. XI) Santo Domingo de Silos y Covarrubias, en la provincia de Burgos.

Siguiendo el Camino Real Soriano, a escasos kilómetros de San Leonardo, en el término de Hontoria del Pinar (Burgos) y a la orilla del camino, aparece parte de un cenobio o pequeña iglesia de estilo románico. El paraje y la propia edificación se la conoce por San Julián. Este edificio fue una de las «Casa de Postas» que atendía al servicio regular de pasajeros entre Soria y Burgos. En el GR-86 -BU aparece la información de Camino Real Soriano que se dirige a Aldea del Pinar y desde aquí sigue hacia Rabanera del Pinar, Santo Domingo de Silos y Burgos.

No es preciso aclarar la influencia que ejercía el lugar de Santo Domingo de Silos en torno al Camino de Santiago. En el claustro de este monasterio aparece un relieve que representa a Cristo como peregrino, lo que constituye en palabras de Serafín Moralejo, el «testimonio más elocuente» de lo que significó este lugar en torno a las peregrinaciones a la ciudad del Apóstol. Silos, visita obligada en la peregrinación, enlazaría con el mismo Camino de Santiago a través de una vía que partiera desde el monasterio. La imagen de Cristo peregrino en el monasterio de Silos manifiesta la voluntad de dicho centro por «vincularse al culto y cultura de las peregrinaciones», quizás para inscribir en su propio circuito el culto a Santo Domingo de cuyos milagros, ya en vida, se hace eco el mismo Gonzalo de Berceo.

Los insignes historiadores Lacarra, Uría y Vázquez de Parga, en su obra “Las peregrinaciones a Santiago de Compostela” dan cuenta de un detallado estudio sobre la documentación del antiguo hospital de San Juan de Oviedo en la que figura una relación de asistidos entre 1795 y 1803, y entre otros muchos citan a:

¿Utilizarían la ruta objeto de nuestro estudio para llegar a León, continuando por el Camino Real a Oviedo y de allí a Compostela, en sus viajes de ida o vuelta?

Por otra parte, tenemos constancia de la participación en la famosa gesta del Paso Honroso, de dos caballeros bilbilitanos. ¿Seguirían también la ruta por Soria y Burgos?

Un artículo sobre Segeda, de Manuel Martín-Bueno, al hablar sobre la localización de Segeda y las campañas de Nobilior hacia el 153 AC, cree razonable la huida de los segedanos por tierras del Ribota, siempre y cuando dicha localización correspondiese a Belmonte, y cita:

“… por lo que teniendo como tenemos la posibilidad (desde Segeda) de ganar las tierras de los arévacos remontando por el valle del Ribota, cuyo acceso cierra Bilbilis, se evitaría el tremendo rodeo que supone el llegar hasta Ocilis, punto de apoyo romano, y desde allí subir a Numancia. Máxime si consideramos que el desplazamiento se realiza por parte indígena no como una marcha militar, sino en forma de movimiento total de un pueblo con sus mujeres, niños, ancianos y enseres, incluidos sus ganados”.

Si Segeda fuera Belmonte, no sería lógico dejar de emplear el camino del Ribota, actual trazado de la carretera Calatayud Soria, para ganar el territorio arévaco. Además, esta penetración se realizaría por un territorio amigo, o al menos neutral como era el territorio lusón, hasta ganar el de los arévacos, punto final del desplazamiento”

CARAZUELO (Soria). Camino Real a Calatayud, perdido en la casi totalidad de su recorrido

Por Peroniel del Campo pasaba una vía de comunicación cuyo primer trazado fue, con toda probabilidad, la calzada romana que unía Bilbilis con Numancia, y que, con algunas modificaciones, pervive hasta nuestros días en la N-234.

Hasta Almenar el trazado coincide, aunque en el tramo final, la vía romana para acortar pasaba por Peroniel y en línea recta llegaba hasta Numancia. Se localiza también por la zona el camino que llaman Real, que se mantendría durante la Edad Media y se ajusta mejor al trazado de la N-234. La zona está jalonada de torres o castillos para la defensa: Ciria, Tordesalas, Almenar, Peroniel. Se sabe que había otra en el despoblado de Andava (Poblado que deja de existir en el siglo XI y cuya iglesia concedió Alfonso I “El Batallador” al monasterio riojano de Valvanera. En el lugar se apareció la Virgen de La Llana, que tras largas disputas entre Peroniel del Campo y Almenar de Soria, se venera en esta última localidad – “Leyenda del cautivo de Peroniel-“).

Antoni Riera Melis / “La Red Viaria de la Corona Catalano Aragonesa en la Baja Edad Media”

Valencia y Zaragoza, desde la época romana, estuvieron comunicadas por una calzada que seguía los cursos del Turia, Guadalaviar y Jiloca. Durante la Baja Edad Media, esta antigua ruta siguió desempeñando su función inicial; sus principales etapas eran Ademuz, Teruel, Monreal, Daroca, Cariñena y Muel

Caminantes y arrieros, para trasladarse de Valencia a Teruel, disponían además de una segunda vía, la del valle del Palancia, que discurría por Morvedre, Segorbe y Sarrión.

Jaime I, en 1265, intentó encauzar la circulación de mercancías entre ambas ciudades por este último camino.

Las dos rutas canalizaron, en los siglos XIV y XV, tanto importantes contingentes de lana y de cereales

aragoneses hacia Valencia como algunos cargamentos de especias orientales y de paños finos occitanos o catalanes en dirección a Teruel y Zaragoza